10 julio 2023
Opinión
Conoció el sistema político
mexicano, como la palma de su mano, es más él determinó en su momento las
reglas no escritas del sistema político del país, sabía cuando ser oposición y
cuando no.
En su momento se supo ganar
las amistades de los presidentes de la república con los que colaboró, como una
especie de asesor en el cargo que desempeñaba, fue un constitucionalista que
aportó reformas a la Carta Magna, sobre todo en los años 70s y 80s.
Una anécdota o comentario
familiar que tenemos con don Porfirio Alejandro Muñoz Ledo Lazo y de la Vega,
fue con el primo de mi papá, Juan Nogueda Soto, quienes estudiaron juntos con
Muñoz Ledo en la UNAM la carrera de Derecho.
La amistad se fortaleció
mucho, por la coincidencia de que ambos personajes les gustaba la oratoria,
Muñoz Ledo fue campeón de oratoria municipal, de colegio en la prepa, estatal,
nacional e internacional; don Juan Nogueda Soto, fue también campeón de
oratoria municipal, estatal y nacional.
Esa coincidencia los amarró en
la amistad, al grado que cuando Muñoz Ledo fue secretario de Educación en los
años 1976 a 1977, ahí invitó al tío Juan Nogueda Soto a colaborar como Oficial
Mayor de la Secretaría.
Se comentaba en la familia por
medio de don Juan Nogueda Soto y que también algunas revistas de circulación
nacional lo expresaron que, la enemistad que tuvo con el ex presidente de
México, Miguel de la Madrid tuvo su inicio, cuando en el Colegio ya no recuerdo
si en la secundaria o preparatoria, ambos participaron en el concurso de oratoria
que organizó la institución.
El detalle fue, que Muñoz Ledo
le ganó el concurso de primer lugar y Miguel de la Madrid perdió, se especula
que desde ahí comenzó esa rivalidad, hasta el punto cuando en uno de sus
informes de gobierno de Miguel de la Madrid, Muñoz Ledo, cuestionó al
presidente de la Madrid en plena sesión.
Y por lógica, el tribuno
orador rompió con su partido el PRI, para irse al Frente Democrático Nacional con
Cuauhtémoc Cárdenas, Ifigenia Martínez y después crear lo que hoy es el PRD.
Fue presidente nacional del
PRI, presidente nacional del PRD y poco faltó para ser presidente nacional de
Morena, por ello le decían el Fouché mexicano, porque sabía sobrevivir a todas
las circunstancias y adaptarse a ellas, es decir, no perdía y si perdía ganaba
perdiendo.
El día de ayer domingo falleció, con casi 90 años, se lleva con él, una estela de anécdotas y secretos del sistema político mexicano, con un currículo impresionante, donde solo le faltó ser presidente de México.
federicosol@yahoo.com.mx