19 julio 2021
Por:
Federico Nogueda Berdeja
Tos un éxito la visita del presidente de la República por
su paso por Guerrero, donde se dieron los escenarios tan normales que genera el
primer magistrado de la nación, protestas si, reconocimientos también por la
clase media.
Cuando se expresa del éxito, esto no escapa de las
protestas de que fue objeto el presidente, de ciudadanos inconformes unos con
justa razón, otros quizás más dirigidos, como verticales.
Pareciera que cuando el presidente llega a algún lugar,
de inmediato divide la opinión, porque el propio presidente lo ha mencionado
que le gusta que se expresen, que no se queden callados, porque él no va a los
sitios a que solo le aplaudan y digan que todo está bien.
Es evidente entonces, que al calificar de éxito la visita
a Guerrero, no eximen las potestas, sino, el escenario que es muy común
encontrar en buena parte del país, ya que con las revueltas que se le arman a
su llegada el presidente se da cuenta que no todo marcha bien en las regiones
de Guerrero.
Con referencia a lo anterior, la revuelta es el éxito,
con sus cartulinas, mantas y de más expresiones de inconformidad, y no se trata
de ver al grito, al llanto o la desesperación del ciudadano como algo parte del
paisaje de la clase media, sino, de que seguimos fallando.
Pero eso sí, algo que no soporta ver u observar el
presidente AMLO y lo dijo a finales del mes pasado, que la clase media sea la
que sigue aniquilando a la clase media, que siga siendo utilizada por
personajes que han salido de la clase media.
Señalaba que hay políticos que han salido de la clase
media y han ascendido a otra escala social, con privilegios no importándole que
el prójimo se siga empobreciendo, y que al final el que salió de la clase media
se vuelva el más clasista con los personajes de su origen.
Eso es lo que no es éxito, esa superación por encima de
los demás sin importar nada, por ello dijo que necesitamos la transformación no
solo mejorando condiciones de vida, sino, fortaleciendo valores culturales,
morales y hasta espirituales.
Siguió expresando AMLO: ‘necesitamos constituir una nueva
clase media, más humana, más fraterna, más solidaria eso es lo que buscamos,
debemos de voltear a ver a los desposeídos, necesitados, todos superándose,
pero con sensibilidad’.
Argumentó, que se necesita una clase media muy despierta
inteligente, y muchas veces en la clase media no tiene que ver solo con el
nivel académico, hay quienes tiene licenciatura, maestría y doctorado, y son
muy susceptible a la manipulación.
De la clase media mencionaba han salido los grandes escritores,
profesionistas, eminencias, pero siempre muy susceptibles a la corrupción de
aquellos que no quieren el cambio.
Esa clase media fue la que acompañó a AMLO en su gira en
Costa Chica, Zona Centro y Acapulco, esa clase media que le enseñó su cartulina
con su injusticia, pero también de ciudadanos que le agradecieron los programas
que ahora ya les llegan directamente.
La clase media de Acapulco un poco más instruida le
demostró al presidente que lo siguen apoyando, sobre todo en el distrito 4
federal, donde Morena arrasó con sus candidatos, pero más que a Morena fue a
AMLO.
Quizás al presidente AMLO le haga falta que haga en
Guerrero unas dos obras de impacto, de primer mundo, el tren rápido
Acapulco-México, el saneamiento de las aguas residuales de Acapulco, para que
el drenaje vaya a salir a unos 3 mil metros a Mar adentro, como en Barcelona.
Yo Soy