‘A palabras necias oídos sordos’. (popular)
03 julio 2020
Opinión
Federico
Nogueda Berdeja
Por supuesto que no estoy hablando
de la economía del país, por que así está clasificada de años por los países de
primer mundo, de atrasada y dependiente, sino del Congreso local o más bien de
la actual legislatura.
El calificativo por
supuesto de atrasado y dependiente, no es solo para la 62 legislatura en
exclusiva, sino para muchas que la han precedido, en la mayoría de ellas nunca
se observó una dinámica social, hacia la participación ciudadana.
Si de algo ha estado
huérfana la sociedad es, de la participación en las decisiones del poder público,
los ayuntamientos que son lo más cercano a la célula básica de la sociedad,
estos tampoco procuran políticas de participación ciudadana en las tomas del
poder.
Y son los más
comprometidos, como obligados de realizar dinámicas democráticas, como un ejercicio
o hábito de practicar el sometimiento de
alguna obra pública para que la decida el ciudadano, ya no digamos que decida
el presupuesto de ingresos y egresos.
Pero ahora otro ente
jurídico y social como es el Congreso del estado y sus legislaturas, tampoco
hacen lo propio de hacer participar, tomarlo en cuenta y respetar al ciudadano en los temas de mayor
interés y delicadeza, como es el actual tema de la despenalización del aborto
en otras circunstancias.
También pasó lo mismo con las
reformas electorales, en la homologación de las leyes federales, en el caso
especifico de la aprobación de poder reelegirte sin renunciar a tu cargo y
sueldo, eso tampoco se sometió al ciudadano, temas también muy delicados.
Quizás alguien pueda decir,
bueno lo que pasa que vivimos en México una democracia indirecta, por eso ahí
están los legisladores que fueron votados por el pueblo, para que ellos decidan
y propongan y es cierto.
Pero se inscribe que, hay
dos casos en los cuales si se deben someter las aprobaciones de algunas leyes
al ciudadano para que de su opinión y decida, resulta que contamos con
diputados que carecen de preparación y asesoría para que decidan en temas tan
delicados, como el aborto y la reelección sin renunciar al sueldo.
La otra, las figuras del
plebiscito y referéndum, dos entes de participación ciudadana en las tomas de
poder que son letra muerta, ¿Entonces para que las queremos? ¿Entonces para que
decir me debo al pueblo, estoy por el pueblo? Si nunca se toma en cuenta la aplicación
de estas figuras democráticas.
El plebiscito nos sirve
para aceptar o rechazar alguna decisión de un gobernante llámese presidente de
la República, gobernador o alcalde, de carácter político, temas ecológicos, de
salud.
Y para las legislaturas en
nuestro estado, estaría el referéndum, es la convocatoria que se hace al pueblo
para que apruebe o rechace un proyecto de norma jurídica, derogue o no una
norma jurídica vigente.
Así que, mientras las
legislaturas en turno no entiendan de hacer valer el principio democrático,
sano, oxigenado, transparente y más cercano a lo justo de hacer valer la
participación ciudadana en nuestras futuras leyes, seguirán siendo atrasadas y
dependientes en la civilización de la democracia.
Pero si los legisladores
insisten en que son representantes populares, en una democracia indirecta, que
ellos pueden decidir por el pueblo; está bien, pero que ya no se les llene el
discurso de decir, que ellos dan hasta la vida por el pueblo, porque sería
inmoralmente incorrecto.
Yo Soy
federicosol@yahoo.com.mx
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