Leyendas de Panteón
25 noviembre 2019
Opinión
De antaño se dijo,
se sigue afirmando y con sobrada razón seguiremos repitiendo que, nuestro
México es un país lleno de mitos, leyendas y mentirijillas piadosas; de allí
parte y sobra que nuestro hermoso pueblo porteño, ávido de localizar
motivadores lúdicos, de esos que producen etéreos placeres, insospechados,
impredecibles o lo que mejor acompañe a la rutinaria existencia, no podrían someterlo
a ser una excepción y nutra su imaginario acontecer de cualquier versión que
luzca exótica, sorprendente, inoportuna y hasta guapachosa.
Por muy
desapegadas que pudieran estar de la verdad, se dan por válidas las más
absurdas, grotescas y/o macabras que puedan ser las leyendas urbanas ¿Para qué
investigar la verdad, si lo interesante es tener algo para llenar mentes vacías
y las memorias planas? al fin que el nivel promedio de escolaridad de la
mayoría de los crédulos consignatarios pudiera ser de primaria trunca. Como
leerán más adelante, los “reporñeros” de los medios locales, al validar tales creencias
están confirmando su insensatez para luego “subir” sus videos al famoso Youtube.
¿Pero cuántos en realidad se habrán preguntado
qué es una leyenda urbana?
Pudiera
considerarse que estamos frente a una leyenda urbana cuando una versión plena
de ficción se relaciona con temores genéricos, creencias religiosas o más
propiamente dicho a través de un ritual pagano haciendo a un lado a Dios, como
es el sentir del agnóstico para creer que una planta, un animal o algo
alternativo le otorgara un milagro tipo efecto placebo. .
Aquí tenemos un
recopilatorio de leyendas del Panteón de San Francisco que se han esparcido
perversamente para atraer a quienes han perdido la fe o para engañar a incautos
en este lindo Acapulquito:
“RAULITO EL NIÑO MILAGROSO”
Cierto es que
este cuento de milagrería es algo excéntrico y fácilmente se convirtió en una
esperanza para las personas que pueden creer en la santería. Cuando ya habían
cobrado cierta importancia las supuestas curaciones, se le pidió al Pbro. Juan
Carlos Flores Rivas –en ese momento Canciller del Arzobispado de Acapulco--,
que le oficiara una misa en su tumba al niño Raulito, pero no obtuvieron el
favor ya que la respuesta fue: “…milagros solamente los hace Dios, no los
mortales”.
Dicho bebé
vivió y murió en la casa # 34 de la Calzada de los Niños Héroes, sus padres
fueron el señor David González, entonces comerciante de 38 años de edad,
originario de San Juan de los Lagos, Jalisco, vecino de Aguascalientes, y de la
señora María Arrieta, de 33 años de edad, originaria de Huamuxtitlán.
Compareció a
levantar el acta de defunción, su famoso abuelo materno, el chilpancingueño
Lic. Fernando Arrieta, de 73 años de edad, ante la fe del señor Martiniano
Díaz, juez del estado civil y presidente municipal en funciones. Al radicar en
Aguascalientes, los padres del niño tuvieron aquí una estadía pasajera y regresaron
a esa ciudad tras el fallecimiento de los hijos. Lo anterior se constata debido
a que tras el deceso de Elivier, hermanito de Raúl González no se presentó
nadie a levantar el acta correspondiente en el Registro Civil.
LA TUMBA DE LOS TRES
MARIACHES (SIC)
Fue en el año
2010, cuando el Arq. Ricardo Cobos Bautista, comisionado por la Dirección de
Panteones y Velatorios para levantar el censo de las tumbas de este panteón,
advirtió que desde el lugar en donde habitualmente se sentaba a descansar bajo
la sombra de un especie de toldo hecho de lonas, podía observarse directamente
que en una de las paredes laterales de la primera tumba grande de la fila central
del panteón, que contiene 8 gavetas del siglo XIX, contaba con una añosa
formación de hongos producto de la humedad que parecía la pintura de tres
personas montadas a caballo a la que denominó como “Los jinetes del
apocalipsis”.
Tras el deceso
del restaurador profesional y Arquitecto, su interpretación personal la
transformaron en una burda mentira de “Los tres mariaches” (Sic), indicando que
tres músicos hermanos habían fallecido en un accidente carretero: A veces dicen
que iban y en otras que venían de la Costa Grande. También hacen otras
variaciones de la versión, al señalar que la camioneta en que viajaban cayó en
un bache (¿bache en la carretera?) y en otras indican que chocó.
Resulta pueril
que pueda creerse, cuando dicen que llegó al panteón la abuelita de los
“Mariaches” a visitar la tumba, pero no señalan cuál o cuáles tumbas visitó,
tampoco el año en que fallecieron, y si nos apegáramos al primer dato de que
están sepultados en esa misma tumba entonces serían del siglo XIX los muertos y
la abuelita fantasma tendría ahora algo más de 170 años de edad. ¡Qué horror!
LA TRAGEDIA DEL 10 DE
MAYO DE 1960
Afirman que en
esa fecha fallecieron 26 “mamases” que iban a ser festejadas en Coyuca de
Benítez pero que no alcanzaron a llegar pues tuvieron un trágico accidente en
la carretera. Prosigue la narración con la circunstancia de que sus familiares
pidieron que las enterraran a todas juntas, mismas que quedaron a unos metros
de la entrada del panteón. Totalmente contrario a lo racional y alejado de
nuestras costumbres. No existe ninguna noticia de la época, no hay un solo
familiar que las recuerde, ni siquiera existen sus nombres.
Lo real es que,
este monumento es una mocheta de unos tres metros de largo por 18 cms de ancho que
fue construido por instrucción de Don Jorge Joseph Piedra, Presidente Municipal
de Acapulco en ese año, para honrar por primera ocasión a todas las madres que
descansan en ese panteón. La invención posterior es una tontería que solo la
puede creer alguien muy ignorante, porque allí no caben 26 féretros.
No existe
ningún diario local de ese año que narre una espantosa tragedia que podría
permanecer hasta ahora en el recuerdo de la generalidad, como puede ser la
muerte de 26 mujeres que se dirigían a celebrar el Día de las Madres a una
población distinta a la suya y sin estar acompañadas de sus esposos e hijos.
Nada más tonto, ilógico y deplorable.
En el recuerdo
de su hija, la Lic. Luz de Guadalupe Joseph Zetina, existe con claridad esa
fecha, el 10 de mayo de 1960, cuando siendo niña su papá convocó a los
familiares de quienes tuvieran a sus madres allí sepultadas para celebrar una
ceremonia luctuosa y de enorme respeto. Nos cuenta Luz de Guadalupe que el
ambiente era armonioso, festivo y que aun siendo niña, sigilosamente se separó
por unos instantes de sus padres para buscar la tumba de su abuelita, porque
ella creía que allí estaba sepultada.
PROFANACIONES DE TUMBAS
Esto si es
verdad y altamente doloroso advertir que se sigan profanando tumbas sin que la
autoridad municipal ponga remedio a este triste y penoso problema. Los deudos
deseamos que lo más pronto posible se finiquite la inseguridad del panteón.
Una tumba recientemente profanada.
La ignorancia y
la buena fe de nuestro pueblo lo convierten en presa fácil de mentiras o de
leyendas de panteón que carecen de verdad y fundamento que mucho daño hacen al
panteón y ponen al descubierto la incapacidad de algunas personas para
comprender hechos que pueden ser ciertos y comunes, pero al final resulta que
son farsas. Cabe precisar que los panteones están llenos de energías negativas
y a la par encierran grandes pesares. Es cuanto.
Comentarios al correo:
poracapulco@hotmail.com