Héctor
Manuel Popoca Boone.
Acapulco, Gro.
16 febrero 2019
Trazos noticas
Opinión
La
tragedia de América Latina ha sido la escasa unidad y la abundancia de aquellos
que ambicionan el poder a toda costa, de tal suerte que ahora vemos repetirse uno
más de los combates históricos entre aquellos que pretenden concretar los
ideales que movieron a Simón Bolívar para realizar la independencia de varios
países de Centro y Sudamérica; y de aquellos que pretenden congraciarse con los
designios de EUA.
También
la de Bolívar fue una lucha en pro de la unidad del continente americano, contra
las disensiones y ambiciones de caudillos locales independistas de cada uno de
los países que integrarían La Gran Colombia, al separarse de España.
De
hecho, Bolívar fue el padre de la patria de lo que hoy es: Venezuela, Colombia,
Bolivia, Ecuador, Panamá y Perú. Era una trayectoria de combates militares
donde iban aunadas a la par la victoria sobre España, pero también la decepción
con los militares y políticos que lo acompañaban en dicha aventura. Era una
deserción continua a causa de no mantener la unidad.
Hoy
en día, paradójicamente, los venezolanos son acosados y saboteados por Estados
Unidos de Norteamérica, bajo el mandato del Presidente Trump; que tiene el
propósito de derrocar al Presidente de Venezuela, Nicolás Maduro. Para lo cual,
ha buscado y conseguido sostener una alianza con Colombia, Ecuador, Panamá y
Perú, entre otros.
Otra
paradoja histórica es que, tanto Venezuela y los otros países a los que logró
darles la Independencia, tomaron como base legal fundacional la Constitución Federal
de los Estados Unidos de Norteamérica, elaborada, entre otros, por Thomas Jefferson
(Filadelfia, 1776). Constitución que era la inspiración integradora para una
gran federación de países de distinta índole bajo el nombre de La Gran
Colombia. De tal suerte que la división y disensión son actualmente letra viva
de la tragedia que sufren los países que antes buscaron, en conjunto, su
libertad nacional.
Son
Canadá, Estados Unidos y otras naciones latinas, las que buscan la
subordinación de Venezuela a EUA, con la pérdida de su soberanía nacional; olvidándose
de la principal consigna de Simón Bolívar: “No hay Patria sin libertad” o de su
acertada y pesimista afirmación: “Nuestra división, y no las armas españolas,
nos vuelve a la esclavitud”.
Fue
el gran señorío que tuvo este libertador de América Latina lo que le permitía renunciar
al poder personal y a la vez perdonar a los que se convertirían en confabuladores.
“Por sobre el poder de las armas, Bolívar poseía el de la palabra y conocía el
arte de usarla”. (Emil Ludwig). El título de “Libertador” le parecía más
valioso que una corona, un título de nobleza o uno de alto nivel en la
burguesía palaciega. El nómada de la libertad, Bolívar, en su tiempo fue la
personificación del inmortal personaje de la literatura universal: Don Quijote
de la Mancha.
Una
gran concepción de Simón Bolívar fue: “Formar del nuevo mundo, una sola Nación;
ya que si tiene en común un origen, una lengua, unas costumbres y una religión,
debería tener por consiguiente un solo gobierno que confederase los diferentes
estados que hayan de formarse; más no es posible porque los climas remotos,
situaciones diversas, intereses opuestos, caracteres no semejantes dividen a la
América. Ojala que algún día tengamos la fortuna de instalar en el Istmo de
Panamá un augusto congreso de los representantes de la República, para tratar y
discutir sobre los altos intereses de la paz y de la guerra, con las naciones
de las otras tres partes del mundo”.
En
palabras de Emil Ludwig diremos que Simón Bolívar: “amo la libertad y conoció
sus límites; amo la gloria y le sacrifico su ambición; con energía y fuerza de
persuasión incansable venció la apatía de sus contemporáneos y de sus
compatriotas, y ha dejado proyectos, que, al cabo de dos siglos, están ahora en
camino de quedar…arrumbados y mancillados”.