Trazos…Time
*La parábola de la consulta, un juego que hay
que saber jugar
Federico Nogueda Berdeja
Pretendieron orientar y sembrar
a la consulta en terreno árido, espinoso, tierra suelta, y en parte lo
lograron, pero al final no supieron jugarla, aunque si ridiculizar, y
aparentemente hacerla vulnerable.
La aplicaron la parábola del
sembrador en el evangelio de Jesús, aquel campesino que sembraba en mala tierra,
infértil, pero el desprestigio de los estrategas de la ridiculización, la
removió al final hacia el objetivo de los que realizaron la consulta ganar la
batalla.
Finalmente, la consulta se
realizó cumplió su objetivo en su primera etapa, porque la segunda etapa es
echarle abajo el resultado de la encuesta, bajo el argumento que votaron doble
triple.
La penetración del daño se
calcula en un 30 ó 40 por ciento, es decir estuvieron a punto de lograrlo,
aunque el ejercicio en sí de la consulta la salvó, los comentarios de los
ciudadanos son, que le gustó que los consulten, fue agradable para algunos
pobladores, es una forma señalaron de tomarlos en cuenta.
Independientemente de las
críticas u observaciones hacia la consulta de la ubicación del nuevo aeropuerto
de la ciudad de México, el hecho en el fondo fue el de no cambiar y solo seguir
en la simulación, todo lo que se vertió contra la consulta, no es otra cosa en
el fondo el de no querer nada de cambió, bajo una capa de decir que está mal
hecha esa consulta.
Qué daño puede ocasionar un
ejercicio democrático como es una consulta, a una sociedad, repito
independientemente de los errores, es un hábito sano, los hábitos son los que
conforman al ser humano para contar con una conducta hacia la sociedad sana no
así delictiva.
La mayoría de los sectores que
realizaron la estrategia de ridiculizar la consulta, son sectores con hábitos
de simulación, los de seguir con los mismos privilegios, comunicadores que les
encanta las payasadas, con algunas excepciones.
El hecho es claro, antes y
después de echar andar la consulta, la estrategia contra la ridiculización de
la consulta, siempre tuvo una marcación personal todo el tiempo, nunca se le
separaron, con el objeto de hacerla reventar y estuvieron a punto.
Ahora de que, si cual es la
mejor opción o ser una lástima no construir el aeropuerto en Texcoco, para eso
era la consulta, pero también ese fue el temor, por ello optaron por la fábula
del sembrador, para que la consulta la sembrara en terrero árido, espinoso,
tierra suelta, con apoyo con algunos medios de comunicación.
Pero al final se logró
ridiculizarla, hacer creer que fue vulnerable, y por comentarios de la la
sociedad, pero más bien fueron algunos medios que vendieron la idea que fue la
sociedad, la consulta sigue siendo un ejercicio democrático en sí, la consulta
no es buen ni mala, simplemente es un método para instaurar hábitos de
ejercicios democráticos.
La conclusión final es, que
deben de seguirse esos ejercicios de consulta, donde participemos todos, porque
entre más se repitan más nos acostumbraremos a ellos, y formaremos hábitos
democráticos permanentes.
Para ir evitando esos hábitos
sociales delictivos, sobre todo a las nuevas generaciones, y que ahora esas
consultas sigan en materia de salud, educación, turismo, transparencia y demás
ramas del poder público. Defendamos el ejercicio de la consulta ciudadana, independientemente de los errores, porque entre más la practiquemos, más nos acostumbraremos a ella.