A la
memoria de Don Alejandro Cervantes Delgado. Como él, ninguno mejor.
22
septiembre 2018
Trazos
noticias
Opinión
Héctor Manuel Popoca
Boone.
A inicios del 2013,
el presidente de la República, Enrique Peña Nieto, dio inicio a la estrategia
denominada, “Cruzada Nacional contra el Hambre”, que, en su primer año,
pretendía atender a 7.4 millones de mexicanos que padecían pobreza y
desnutrición extrema en 400 municipios del país. El gobierno federal tomó en Guerrero, como
casos prototipos de arranque nacional, un municipio rural (Mártir de Cuilapan-Apango)
y una colonia sub-urbana del municipio de Acapulco (Simón Bolívar).
La estrategia implicaba un giro
estructural en el combate a la pobreza. Intervendrían los gobiernos, federal,
estatal y municipal, a la par que las comunidades; conjuntando y conjugando esfuerzos
para garantizar salud, educación, vivienda, una mejor economía y servicios
públicos básicos eficientes como caminos, calles, agua, luz, drenaje, entre
otros. Inclusión y bienestar social, fue la consigna de la cruzada. Se
pretendía elevar la calidad de vida de quienes nunca la han tenido aceptable y
que son, hasta la fecha, decenas de millones de mexicanos.
La cruzada estuvo dirigida por la SEDESOL
federal. Era una política pública de “corresponsabilidad y de coordinación
interinstitucional”, la cual no sólo buscaba erradicar el hambre, sino las
circunstancias que la rodean. Otros componentes de la misma eran fortalecer las
capacidades productivas locales junto con la acción comunitaria; es decir, que
los beneficiarios fueran no sólo sujetos pasivos, sino activos para lograr el
progreso sustancial de sus familias y hábitats.
Los objetivos eran lograr la meta
“hambre cero”; eliminar la desnutrición infantil aguda, con mejores alimentos,
cocinas y comedores comunitarios; diversificar los mecanismos de abasto
popular; incrementar empleos y microcréditos; aumentar las capacidades
productivas de los productores y trabajadores, capacitar y apoyar a jóvenes
emprendedores y amainar la grande desigualdad social.
La estrategia sexenal duró solo un año.
Fue fallida, onerosa y tronchada. Careció de suficiente información y
transparencia; se estima que en el año inicial se invirtieron alrededor de 110
millones de pesos en las dos comunidades piloto, con resultados intrascendentales.
Analizando este fracaso gubernamental con el
maestro en ciencias territoriales de la UAGRO, Iván Sánchez Ignacio, coincidíamos
en las siguientes causas: Falta de coordinación interinstitucional; ausencia de
un plan territorial que guiara las acciones y recursos, lo que ocasionó que
cada dependencia anduviera por su lado, aplicando sus tradicionales programas,
con reglas de operación engorrosas e inflexibles; ausencia de la participación
social en el diseño, gestión, operación y evaluación de la estrategia; lo que
condujo a una falta de continuidad multianual. Después del año inicial, los
programas y proyectos entraron en la etapa del abandono acelerado y disminución
de la participación comunitaria.
Fueron también causa de la ineptitud
institucional, la falta de capacidad de los gobiernos, estatal y municipal, de hacer
suya la estrategia; desconociendo la información básica de las comunidades
seleccionadas y la carencia de acompañamiento técnico a los proyectos
productivos que las instituciones impusieron unilateralmente,
Conclusión: la Cruzada contra el hambre,
resultó una añagaza que solo hizo ricos a unos cuantos vivales, con una gran
cantidad proyectos fracasados. Mientras tanto, los gobernantes y servidores
públicos siguen cruzados de brazos ante el hambre de los pueblos de Guerrero.
PD1.
Una faceta del ejercicio de la política es llegar a acuerdos entre las partes,
siempre y cuando no se traicionen los principios y valores ideológicos que
sustentan cada cual. Lo contrario es pura tranza tracalera, realizada en lo oscurito.
PD2.
Mañana domingo, en el Centro Cultural, Antonio Villela, de Ciudad Altamirano,
se efectuará la reunión del Movimiento Nacional Campesino Siglo XXI-Guerrero,
en la región Tierra Caliente. A las diez de la mañana. Allá estaremos.